Hola queridos, la semana pasada partimos rumbo a Cuba para disfrutar de unos días de sol, mar y navegación en la isla caribeña. El viaje empezó con la pérdida de las primeras líneas, cuestión que me joroba bastante, aunque fueran cinco y simplemente explicaran que habíamos despegado de Bilbao con un sol espléndido, más propio del Caribe, que de nuestro, en teoría, húmedo país. El segundo vuelo discurrió con normalidad, tras un pequeño percance que casi deja a nuestro capitán en tierra. Él, el que más vuela, interceptado por una azafata de tierra por tener el pasaporte ligeramente deteriorado. Todo quedó en un susto y ahí acabó la historia; entramos en el avión, recorrimos varias pistas del Adolfo Suárez y comenzamos el largo viaje, rumbo a la Habana. Ya en la isla de Raúl, tras varias peripecias aduaneras, de un par de horas duración, conseguimos entrar en el país. La Habana es una maravillosa ciudad decadente que poco después visitaríamos con una joven guía local. Cena frugal y primera noche en tierra firme, en un desvencijado hotel de cinco estrellas, aunque con una buena cama, que era lo que necesitábamos en aquel momento. Image may be NSFW.
Clik here to view. Amanecer en La Habana La ciudad se resistió para los más dormilones del grupo, mientras que los madrugadores y deportistas saltaron de la cama en el albor para pasear o correr junto al malecón. El primer vistazo de la zona fue desolador, un viejo esplendor se apreciaba, pero el bloqueo muestra la triste y decadente realidad. La arquitectura habanera es magnífica en todo caso y, según vimos poco después, los edificios más emblemáticos de esta suerte de París caribeño, cuyo casco histórico fue nombrado patrimonio de la Unesco, en 1987, han sido ya restaurados. Uno de ellos, el magnífico hotel de alabastro y lámparas art decó en el que se hospedaba Ernest Hemingway en sus estancias en la isla, tiene en su última planta una singular terraza, a la que subimos para disfrutar de una panorámica de San Cristobal de la Habana. El escritor, Alejo Carpentier, llamó a la ilustre villa ‘la ciudad de las columnas’, por la riqueza de los edificios habaneros, que encierran insignes historias bajo sus paredes. Image may be NSFW.
Clik here to view. No solo de arte vive el hombre Espléndido desayuno: fruta, huevos, cereales y pan, con música en vivo. La música forma parte de la cultura cubana y ya en el bufé del hotel nos lo hicieron saber, con un magnífico piano de cola y dos guajiros entonando un son. El autobús nos condujo rumbo a Cienfuegos, la Marina Marlin nos esperaba, después de tres horas de viaje, en buena compañía. Jorge, nuestro guía, era un hombre culto, un señor “vivido” en todos los sentidos. Con siete matrimonios a sus espaldas, carrera de pedagogía y dominio del inglés, francés, italiano y por supuesto, del cubano, un idioma diferente al nuestro, según nos hizo “sabel”. Cuba es un país curioso, un entorno fidelista, nos dijo, no comunista. “Fidel es un hombre recio, de gran carisma, el pueblo aún le quiere y cuando se acerca a cualquier plaza la gente acude a saludarle con fervor”, explicaba nuestro nuevo acompañante. Plaza que acoge y comparte lo poco que tiene. Hombres y mujeres con un humor ejemplar y una maravillosa música que crea una sonrisa en el alma de propios y extraños. Image may be NSFW.
Clik here to view. Invierno a pleno sol Vivir el invierno caribeño es una delicia, aunque el clima bilbaíno haya sido extraordinariamente agradable hasta ahora. Decidimos tomar rumbo al puerto de Casilda para visitar, lo hicimos en varias ocasiones, la ciudad de Trinidad. Esta urbe, nos pareció auténtica, especialmente por la noche, súper agradable, maravillosa, maravillosa, recalcaba la marchosa Elvirita, una novel navegante que nos dio una lección de alegría permanente. La música llena todos los bares, restaurantes y discotecas. Silvio Rodríguez, Compay Segundo, Pablo Milanés o Beny Moré, suenan en bocas ajenas con un arte que contagia sabor. La primera noche en Trinidad, cenamos a precio de McDonald’s en un precioso restaurante al aire libre. Este paladar, como llaman en Cuba a los restaurantes, se llama ‘la Ceiba’, en honor al árbol centenario que preside la estancia. Image may be NSFW.
Clik here to view. 500 aniversario Trinidad es una ciudad en la que parece haberse parado el tiempo y que, por capricho del azar, este 2014 cumple quinientos años de existencia. Un paisaje pintoresco, lleno de vida y ambiente, en el que tomamos el primer mojito de las vacaciones, no sería el último, como podéis comprender. Poco después entramos en un garito que se llamaba igual que la bebida y los cocineros y camareros del local nos sacaron a bailar a las únicas extranjeras del lugar, donde compramos pendientes de flores blancas, elaborados a base de diminutas caracolas. Disfrutamos de lo lindo, moviendo nuestras caderas con faldas de volantes y cantando canciones tradicionales. El ron cubano sienta bien, con agua gaseada, hierbabuena, lima y hielo picado o guarapo, el jugo de la caña de azúcar. Image may be NSFW.
Clik here to view. Cultura y formación Trinidad está plagado de tiendas de arte, con ciertas obras muy interesantes que retratan la imagen de un país que estalla de color. Una que llamó nuestra atención era una instalación callejera que parecía cualquiera de las obras que lucen en el Guggenheim de Bilbao en ‘El arte de nuestro tiempo’, aquí os la dejo. Calles empedradas, plazas soberbias, coches clásicos rescatados que valdrían una auténtica fortuna en Europa, casas pasteles, al estilo caribeño, y un solo semáforo, junto a un cartel que recuerda que la Villa ya tiene medio lustro y ahí está, más viva que nunca. Respecto a la formación de los cubanos, es de sobra conocido por todos que la Universidad es pública en su totalidad y toda la población disfruta de la posibilidad de estudiar gratuitamente. Image may be NSFW.
Clik here to view. Mar caribe En la costa del caribe cubano visitamos un enclave pintoresco llamado Guajimico. Un mar verde turquesa, el más cristalino que hasta ese momento encontramos y donde el baño tenía una “pequeña” dificultad añadida, las medusas lo invadían todo. A pesar de todo, el valiente Rolan nos animó a sumergirnos tras la comida y finalmente parte del grupo se zambulló y tomó fotos submarinas. Aquello era una pecera, llena de Nemos, corales y barracudas, que nadaban a sus anchas entre las aguamalas, como dicen en Cuba. Estas pequeñas bolsas transparentes eran inofensivas y el baño fue una auténtica delicia. Otro lugar espectacular que visitamos fue Cayo iguana, donde los prehistóricos reptiles vivían en total libertad e invadían la pequeña y frondosa isla, junto a unos extraños roedores con aspecto de castor. Y Cayo macho de dentro y fuera, dos recónditos paraísos en los que la vegetación del fondo del mar nos recordó al Mediterráneo y un gran pez globo salió a mi encuentro, junto a una anémona, que estaba a escasos centímetros del fondo. Allí recogí pequeñas caracolas, conchitas que en Bilbao saben a gloria y nos recuerdan que debemos empezar a preparar la próxima aventura… Image may be NSFW.
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¡QUÉ BONITO ES CUBA!
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